lunes, 1 de octubre de 2007

La estrategia de Lavagna

El 22 de julio la fórmula de UNA se presenta en un acto al pie del Pucará de Tilcara, en la Quebrada de Humahuaca, Jujuy. Al día siguiente Lavagna y Morales arriban a Tierra del Fuego, Ushuaia, donde entregan a representantes de la comunidad fueguina, una bandera argentina tejida por comunidades aborígenes del norte. De esta manera quisieron representar un abrazo simbólico al país, pero además, consagraron un método de campaña innovador aunque dudosamente efectivo.
Desde aquel abrazo, los compañeros de fórmula iniciaron una estrategia de “lobby” en las diferentes zonas del país con un discurso focalizado en la economía y en las duras críticas al Gobierno.
En el interior del país los candidatos se dedicaron a presentar su plan de Empleo y Pyme; así, cada acto estuvo estratégicamente planeado de acuerdo a la actividad económica que realizara en el área. En la región de Cuyo, el lugar elegido fue Tunuyán, Mendoza, y así lo fundamentaba el líder de UNA: “lo hacemos desde Tunuyán como símbolo y reconocimiento a la mano del hombre y a la cultura del trabajo que han permitido aquí transformar un desierto en vergel productivo y en fuentes de trabajo”
En cuanto a su gira por la provincia de Buenos Aires, el móvil elegido fue el “lavagnamovil”, el micro de campaña presentado en el Obelisco el 8 de septiembre. Con este vehículo Lavagna recorrió varios puntos de la Ciudad y del área Metropolitana, y presentó su Plan de Vivienda en el Conurbano Bonaerense, y su plan de seguridad en La Plata.
El 13 de septiembre la fórmula se traslada a la zona de la Mesopotamia para presentar su Plan de Medio Ambiente. El acto se realizó en el Parque Nacional Iguazú, en la provincia de Misiones.
El 22 de septiembre UNA lanza la consigna: “Pare la inflación, vote a Lavagna”, y realizó una recorrida por distintos supermercados de la Capital y del conurbano bonaerense con el fin de criticar el aumento de precios. Para graficar el problema se valió de uno de los componentes esenciales de la canasta familiar: la papa. Así, en una fotografía junto a Gerardo Morales que recorrió todos los medios gráficos, Lavagna mostró la diferencia entre la papa buena y la papa “oficial”, la que aparece en los precios del Indec. “La papa oficial del Gobierno se parece a un carboncito, es chiquita y negra, mientras que el kilo de papa buena cuesta casi tres veces, alrededor de 3,90 pesos”.
Sin duda Lavagna busca instalarse como el único candidato capaz de hacer frente a los problemas de la economía, tal como sucedió en 2002. Para esto se vale de duras críticas hacia el Gobierno, y de una campaña prolija y estratégicamente planeada.

Micaela Ortelli

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