LAVAGNA, UNO DE LO PRIMEROS CANDIDATOS EN VOTAR

Fue temprano en la mañana, en la Escuela Número 21 del barrio de Saavedra.

Son las nueve y diez de la mañana, el día se presenta con pocas nubes y una temperatura agradable pero que promete elevarse rápidamente. Hoy es domingo 28 de octubre, día de elecciones y la tranquilidad del barrio de Saavedra sufre una momentánea interrupción. La vereda de la Escuela Numero 21, ubicada en la calle Ramón Freire al 4060, en un predio dentro del parque del mismo nombre que el barrio, se encuentra superpoblada. Periodistas, camarógrafos, asistentes, fotógrafos y productores esperan la inminente llegada del candidato a presidente Roberto Lavagna. Entre tanto algunos de ellos fotografían y realizan notas al titular de la asociación Red Solidaria, Juan Car, quien parado delante de un cartel colgado en la reja perimetral que comparten el parque y la escuela, que dice “5500 argentinos esperan un transplante”, explica la importancia de la difusión de este mensaje, motivo por el cual se acercó hacia este lugar. Otros conversan y realizan bromas sobre algunos de los infaltables curiosos que nunca dejan pasar este tipo de acontecimientos, entre ellos hay una mujer que sobresale ganando protagonismo, es una anciana vestida con pantalón gris, camisa blanca y chaleco violeta quien lleva en una mano una correa con un perro también anciano y en la otra un desodorante de ambientes Glade, el cual asegura le sirve para defenderse de otros perros.
Son casi las diez de la mañana cuando se corre la voz de la llegada de Lavagna, rumor que genera una masiva movilización ya que la gran cantidad de móviles de televisión impiden tener una visión clara de la calle. El candidato camina unos metros desde donde lo dejó el auto que lo traía, acompañado por tres personas, dos asistentes y su hijo Nicolás, hacia la entrada, en donde se conforma el “pack” de periodistas quienes comienzan a disparar sus preguntas, los flashes no se quedan atrás. El “pack” con el candidato en medio atraviesa la puerta, recorre un largo corredor al cielo abierto, entra a la escuela y cruza el gran patio cubierto en diagonal hacia el otro extremo donde se encuentra la mesa numero 5884. Lavagna saluda a las autoridades y espera, no hay cola, solo un hombre aguardando para votar, con una bolsa con tomates en su interior. Lo que dispara una serie de preguntas jocosas al respecto, incluyendo el tema del precio del tomate y de la riqueza de ese hombre. Lavagna resta relevancia a esto aunque se encarga de destacar la importancia de este día diciendo “este un gran día democrático”, frase que repetirá una y otra vez. También le preguntan por Gerardo Morales, su compañero de formula, a lo que responde “el vota hoy a la mañana temprano en Jujuy y si no tiene ningún inconveniente con Aerolíneas, como suele ocurrir, lo vamos a tener acá a mediados de la tarde y por supuesto esta noche en el centro de cómputos”. El hombre de los tomates sale del cuarto oscuro, luego pasa Nicolás hijo del candidato y a continuación lo hace Lavagna, quien al salir es fotografiado introduciendo su voto en la urna, en lo que ya se ha convertido en un clásico de este tipo de acontecimientos.
La salida se la escuela no es diferente del ingreso, se forma nuevamente el circulo de prensa, a raíz de una pregunta el candidato comenta como seguirá su día , comiendo pastas en el almuerzo junto a su familia y luego descansando un poco, para mas tarde dirigirse a su bunker en Costa Salguero para esperar los resultados de los comicios. La marcha se detiene en un costado de la escuela en donde una organización juvenil realiza una campana para hacer visibles las demandas, necesidades y potencialidades de los jóvenes argentinos. Lavagna cambia algunas palabras con ellos, los saluda y continua la marcha. Ya casi llegando a la puerta le preguntan sobre la cantidad de fiscales por el UNA a lo que responde, que son los suficientes y que cuentan con ellos en todo el país.
Ya en la vereda saluda a un grupo reducido de seguidores, quienes lo vivan y aplauden, camina unos metros, sube a un auto que lo estaba esperando y se retira.

Nicolás Ariño Vojacek